CAPI necesita ser integral, para tratar de llenar en la medida de sus posibilidades lo que el sistema injusto no les ha dado a los pequeños y pequeñas. Como bien se sabe, todo proyecto es una “necesidad”, no un lujo, principalmente cuando hay gran cantidad de Madres Adolescentes que necesitan trabajar para mantener a sus hijos/as y que éstos sean educados.

Así pues, nació el CAPI y se ha ido expandiendo hasta lo que es en la actualidad. Empezó teniendo un sólo salón, el más grande de la parroquia, adonde se hacían divisiones para atender a las secciones; su cocina era de cuartones y láminas, quienes colaboraban en el menester culinario hacían las tortillas en comal. 

El Centro ha ido creciendo en fortaleza, en número de niños/as atendidos/as y en retos para el futuro. Luego, sin darse cuenta, celebraría los 10 años y luego los 15, en el año 2002... fue una celebración grande: 980 personas se dieron cita en el parqueo de la parroquia para celebrar con el cumpleañero.